- ¿Y cómo se te plantean las navidades?
- Pues como siempre, hija. Aún no sabemos dónde vamos a cenar en Nochebuena.
- Pufff, yo tampoco. La comida de Navidad la organizo yo, pero entre mis cuñadas no se ponen de acuerdo con lo de a quién le toca la cena del veinticuatro.
- Un año y otro lo mismo, ¿verdad? A mi suegra no se le puede pedir nada y, claro, mi madre no está para estos trotes.
- Con lo que me imagino que te tocará otra vez a ti…
- ¡Qué dices! Yo ya me encargué el año pasado y ya le dije a Pepe: “Vale que este año lo hago yo pero el que viene en casa de tu madre que para eso vosotros sois cuatro hermanos y yo soy hija única”, así que me niego, que lo tenga claro.
- Ayyyy, Ana, no sé porqué te vas a poner a discutir con Pepe si entre vosotros no está la bronca. Además , sabes perfectamente que al final, terminarás pringando tú.
- Sí, ya, claro, y me estoy imaginando a la señorona de mi suegra y a las pitiminís de mis cuñaditas sin mover un dedo… ¡si hasta el pobre Pepe hace más que ellas!
- ¡Hey! ¡Que se me pasa la parada!... ¡Pásalo bien!
- ¡Igualmente!
- ¡FELIZ NAVIDAD!
- ¡Eso! ¡FELIZ NAVIDAD!
(Basado en conversación real entre Plaza de Castilla y Cuzco, línea 10 del Metro de Madrid).
***
¿Quién no ha escuchado, dicho, participado en alguna conversación así?
Que levante la mano el que no ha tenido alguna Navidad con movidas, morros y ambiente de cortar con cuchillo.
La Navidad es ocasión para juntarse, para celebrar, para reír y para soñar. Pero, a veces, entre todas estas cosas lindas, hay compromisos que no nos apetecen, comidas o cenas con algún pariente o amigo al que no soportamos, del que huimos durante todo el año y con el que debemos de claudicar por el bien de “la paz mundial”.
Sin embargo, salvo esos pequeños detalles, para algunos muy grandes, estos días hay que aprovechar los buenos momentos, y así espero que disfrutéis los vuestros.
Con todo el cariño del que somos capaces:
¡¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!!!
“La paz mundial la conseguiremos, si todos y cada uno aportamos nuestros mejores sentimientos para regar nuestro maltrecho planeta.”
Esperanza y Silvia