Caminas y caminas
y le buscas, ¿dónde está? ¿A qué hora, en qué momento saldrá a pasear?
Ilustración: Silvia Sanz
Texto: Esperanza Castro
Las piedritas del
parque se meten en tus zapatos. Esos de purpurina tan cómodos pero tan poco
apropiados, los que la gente te mira al pasar.
Tu perro parece
incómodo, ¿quién sabe si adivinará? Tiene prisa por llegar a casa pero cuando
te paras respira, recibe ávido el descanso e intenta juguetón, de un salto,
lamerte el rostro.
El parque está muy
seco, hace semanas, meses que no llueve. No hay flores, el césped más parece un
secarral. Nadie lo nota o no parece notarlo. Los mayores caminan, los niños
juegan, las ramas brotan. Son casi las dos de la tarde, el parque está vivo y a
ti te parece un desierto.
***
Estás de nuevo en
el parque.
Después del encuentro
de ayer, sueñas con verlo de nuevo “de súbito, por sorpresa y correteando”,
como él mismo te dijo. Te sientas a esperar como quien espera un milagro.
Lo sientes en el
aire, silencioso. Se ha acercado con esa única e inequívoca cadencia, tan suya.
Le sonríes, te
sonríe, no sentís rubor al mostraros.
Os quedáis
callados… o no… Tu perro, su gata, la tortuga de Mafalda. Os reís. Calláis. Silencio.
No es incómodo el silencio.
Un pájaro trina
sobre vuestras cabezas, entabla diálogo con otro que lejano parece responder.
Sois los pájaros. Sois ellos, los árboles que brotan, los niños que juegan,
hasta los mayores que salen a caminar.
Los segundos se
atropellan y tú debes volver a casa. Él se despide con prisas como si le
esperaran. A ti la comida puesta, a él nada más su gata.
Me encanta, a ver si tiene continuación, que cuando más interesante nos pones el relato, más pronto nos dejas con las ganas, un beso
ResponderEliminarGracias, Vicky, pero éste es precisamente un relato abierto.
ResponderEliminarEl lector puede imaginar la edad, la condición y hasta el sexo de los personajes (solo se especifica el de uno), y luego construir la historia que crea más conveniente.
Podría formar parte de otro más completo y hasta de una novela, pero de momento es así.-
Pues yo digo que es el principio de una sana relacion
ResponderEliminarMe gusta el relato y el dibujo
sOLO TU CON ESA FACILIDAD QUE TIENES LO PUEDES CONTINUAR.PERO SI TU CREES QUE ALCANZA PARA DEJAR VOLAR NUESTRA IMAGINACION ESTÁ BIEN . BUENÍSIMO EL DIBUJO COMO SIEMPRE
EliminarGracias, Fabita, me gusta lo de "sana relación". Besotes
EliminarRaquel, como dije en otro comentario, se podría continuar de una y mil maneras, pero me gusta dejarlo abierto para que cada uno siga hilando por donde quiera. Más besos.
Pues yo lo leo como continuación de La única mesa.
ResponderEliminarLa misma joven melancólica paseando co su perrito. En aquel habia soledad, en este aparece una expectativa.
Marion, te puedo contar -sin que nadie nos oiga- que este relato lo escribí muchos meses antes que el de La única mesa, pero tu comentario es tan válido como cualquier otro pues, como escribí más arriba, es un relato abierto al lector.
EliminarMuchas gracias y millones de besos
respondo aqui pq tb los asocio con facilidad. y como dicen mas abajo poesia en prosa. q bonito.
Eliminarel dibujo precioso, con BUBU???. aplaudo!!!!
un beso
Gracias Car!!!
EliminarNo es Bubu. En realidad es el perro que el relato hizo que imaginara Silvia, así que mejor que responda nuestra arquitecta preferida, jeee
La interpretación de Silvia para su grabado, es puntillosamente exacta.
ResponderEliminarEntre las dos artistas, hemos quedado en medio del parque, en medio del dialogo de las aves.
A mí también me gusta muchísimo el dibujo, encaja perfectamente con la imagen que quise describir.
Eliminar¡Aplausos para nuestra ilustradora!
HOLA TATI !
ResponderEliminarCómo me gusta leer un relato en segunda persona. Es como si YO estuviera platicando con el narrador, o más bien dicho, como si el narrador me platicara a mi. Da la sensación de cercanía, no física, no.... de afinidad y cercanía.
Muy bonito, felicidades, saludos a todos los que hoy aparecen aquí y desde luego, a las tres Tatis queridas.
Betilón
Gracias, Betilonciña!!!
EliminarMe gustó este "ejercicio" del narrador en segunda persona, que es mucho menos común. Confieso que no lo escribí así en primera instancia pero, luego probé y quedé satisfecha con el resultado (me gusta experimentar con los narradores, diferentes puntos de vista, etc...).
Besoooo
Me quedo también con las ganas de seguir leyendo. Pero, ya que no se puede, al menos ofreces la posibilidad de soñar ...
ResponderEliminarEl dibujo de Silvia, espectacular!!!!
Asun
Gracias Asun. No es que ofrezca la posibilidad de soñar... ¡es una orden!, jeeee
EliminarBesos, Pupu
Poesía en prosa que agarra el corazón.
ResponderEliminarPrecioso.
Juancho
Gracias Juan...chín!!!
EliminarMe ha gustado mucho y siento como si fuese yo misma paseando a mi Luky por el parque, siempre esperando ver a Pipo, ese amiguito suyo, negrito y timido muy timido, pero muy especial, o a Boni, una linda amiguita y futura madre de los cachorros de mi Luky.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Me gusta también tu visión, Noemí. ¡Todas son posibles!
EliminarUn besazo muy, muy grande (y otro para Lucky) Muuuaccc
Cuando leí por primera vez este relato me produjo una especie de desasosiego de no saber... no saber quiénes son los protagonistas, qué pasa entre ellos, por qué el primer personaje está abstraído del parque, como si tuviera oídos sordos y ojos ciegos. Supongo que crear esas emociones sería la intención de Tati al escribirlo.
ResponderEliminarTodos esos sentimientos me inspiran los colores púrpura y los trazos desenfocados, y así fue como hice el dibujo. Respecto al perro... jejejee... no entiendo de razas ni pretendí representar ninguna en concreto. Así fue el chucho que me salió, sin pedigrí.
(Muchas gracias a todos por vuestras buenas palabras)
¿Desasosiego? ¡Justo!
EliminarSilvia, pero qué bien que me lees.
Gracias!!!
Era previsible que esto llegaría:
ResponderEliminar"Las Cortes amplían los Recortes
incluyendo la poesía"
En consecuencia y en adelante,
todo autor aportará solo el tronco,
y el lector, si le viene en gana,
añadirá su propia rama
y concluirá la trama.
( Ya lo dice el refrán banquero:
multiplica y vencerás)
Hasta ahora prevalecía:
"yo me lo guiso y yo me lo como"
pero ya de entrada se sabía:
el asesino era el mayordomo.
ILUSTRACION
Los RECORTES de las siluetas
y el ambiente, una maravilla...
¡De acuerdo, Victorese! El relato ha sufrido los recortes que están de moda últimamente.
EliminarEste es un relato RECORTADO. :)
A mí me gusta muchísimo como queda el relato; abierto...
ResponderEliminarGracias Max!!!
EliminarUn abrazo inmenso de esos que nos gustan :)
Siempre el mañana, por siempre la esperanza(¿?)
ResponderEliminarY Silvia... espectacular!
Manuel
Por supuesto, Manuel. ¿Qué haríamos sin ella?... morir.
EliminarUn besote
Ah! La ansidad de esos encuentros... las mariposas en el estómago... las mil y un opciones de seguir la historia... Qué alegría mi Tati de provocarnos así. Beso.
ResponderEliminarY como siempre, Silva, con su gran talento para interpretar a escena. Otro beso.
¡Gracias Cañue!
EliminarEste relato me surgió así, abierto, y así quedó para que el lector (todos vosotros) le pongáis el resto de ingredientes.
Besoooo para ti y otro para Rosa Mª