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viernes, 19 de abril de 2013

A oscuras



Me tumbé de espaldas cuan larga soy. Mi mirada se paseó por el encalado techo hasta colgarse de la lámpara y cerré los ojos.
No sabía qué ponerme ni qué le gustaría a él. Quién puede saberlo en un primer encuentro.
¾                     Una cita a ciegas –me dije, e instintivamente tomé la cinta de raso que días antes había comprado y me la coloqué sobre los ojos ciñéndomela fuertemente para asegurar así la total oscuridad.
Me incorporé y, desnuda, me acerqué tanteando torpemente hasta el mueble donde guardo la ropa interior. Mis manos sobrevolaron los corsés, las braguitas, los delicados volantes de las enaguas. Dudando me dejé llevar por el roce de sus blondas y encajes y un suave roce de raso llegó para convencerme. Era el del corpiño armado que tanto me afinaba mi cintura e imaginé su perfecta confección, las costuras invisibles, las mínimas puntadas, y también la limpia silueta que pintaba sobre mi cuerpo. Ninguno sentaba mejor.
Lo deslicé con destreza notando sobre mi piel la frescura del tejido y lo ajusté siguiendo mi instinto. Gocé la ligera presión sobre mí y me soñé figura de modelo.
Volví hacia el cajón para elegir las braguitas. De nuevo idéntica operación: los tejidos me llamaban, me buscaban deseosos de convencer, y yo me dejé llevar.
Algo mágico pasó al momento de vestirlas. Tan solo dos, dos prendas para sentirme completa. Sonreí ante lo imaginado. Nada más faltaban las medias. Al abrir ese cajón me invadió un mar de aromas: vainilla, jazmín, recuerdos de rosa mosqueta. Y precisamente así, por su delicado olor, elegí lo que restaba.
Retorné tanteando el aire hacia la cama y me senté en su borde. Tomé la primera media y la recogí con cuidado intentado mantener la tensión entre pulgares. Mis pies sintieron la seda, sobre los dedos primero para terminar al fin en la suavidad del talón; fui deslizando el tejido pantorilla arriba, con destreza hasta instalarse en la tierna carne del muslo. El camino en la segunda me trajo el disfrute de ese tenue cosquilleo.
Y mi mente traviesa me llevó hacia el futuro, a intentar imaginar lo que él, cegado por la cinta de raso, no podría ver, tan sólo tocar, oler.



Ilustración: Silvia Sanz
Texto: Esperanza Castro


24 comentarios:

  1. De noche ¿Quién ve? Y a obscuras… ¿Quién siente?
    Un beso Taty y Silvia, muy bien

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    1. ¡ Es la magia de la noche y los enamorados !
      En donde de noche ¿Quién ve? Y a obscuras… ¿Quién siente?
      Pues solo los enamorados

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  2. A OS CURAS siempre se les ve
    muy negros aunque sea de dia.

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  3. Voy a tener que comprarme una cinta de raso a ver si la total oscuridad me da resultado.

    Como siempre, disfruté téxto y pintura.
    Gracias a las dos.

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  4. Hola Tati,

    Felicidades y saludos al Principito y a la mi tu Madre...

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    1. De tu parte, Betilonciña. La semana pasada estuvimos recordando el día que compartimos, ¡¡¡queremos repetir!!! Tu mi Madre ya nos anda diciendo que cuando volvemos a México (el Principito y yo estamos listas en cualquier momento, jeee)

      Espero que estés rebién. Un beso enoooorrrmeeee

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  5. Una cinta de raso muy poderosa!! ¿Dónde se compra? ;)
    Espero que la primavera te traiga muchas citas a ciegas para poder poner a prueba la cinta (y las medias...)

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    1. Leti, habría que preguntarle a la protagonista de la historieta que, no sé si lamentablemente, no soy yo.

      Besoooooooooooo

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  6. Amónimo

    Bonita y sucinta historieta
    de la cita con cinta

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  7. Me ha gustado mucho tati y silvia.
    Cuanto vemos sin ver .....

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  8. Hay ocasiones en que ciertos sentidos nos dan una información más sugerente que la propia vista...

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    1. Precisamente, al privarnos de la vista, los demás se acentúan al triple

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  9. Me ha gustado el relato, siempre me ha gustado el arte de la seducción.

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  10. AY!! la primavera la sangre altera: un texto muy sugerente para poner en marcha muchas ideas. Un besote

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  11. Cómo el simple acto de cerrar los ojos te puede transportar a otro mundo. Un mundo de sensaciones que no percibimos habitualmente, de sensualidad que se nos olvida a menudo, de encuentro con uno mismo. Y todo esto canalizado por la pluma de Esperanza se transforma en un magnífico relato. ENHORABUENA COMPI !!!

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    1. Pacooooo, te echaba mucho de menossss. Gracias por tus palabras y, porfi, no tardes mucho en pasarte por aquí.

      Besooooooooo

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  12. Te lo he dicho en alguna ocasión, hay que tener una sensibilidad muy especial para que con unas simples palabras nos trasmitas tantas sensaciones.
    Precioso.
    Gracias.
    Juan cho

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