¿Qué color tienen las palabras?

¿Qué sílaba definirá el trazo?

¿Qué imagen para expresar un sentimiento?

jueves, 16 de febrero de 2012

V. E. A.

Este relato lo he retirado porque ha sido enviado a un concurso. Si tenéis interés en leerlo, poned un comentario y gustosa os lo haré llegar a través de correo electrónico (José Ignacio, gracias por el aviso).


Ilustración: Silvia Sanz
Texto: Esperanza Castro

11 comentarios:

  1. Esta es una historia inspirada por esos niños trabajadores que me he encontrado por Guatemala o por Chiapas, cargando con sus hermanitos a la espalda durante kilómetros y más kilómetros.
    Este es mi homenaje.

    ResponderEliminar
  2. Que bonito, cada vez me gustan más, y que pena las niñas que tienen que trabajár tan pequeñas para sacár su casa adelante, pero bueno no lo podemos cambiar. los dibujos de Silvia, "preciosos"

    ResponderEliminar
  3. Has pintado la situación en total exactitud.
    Así es la vida de esas pobres niñas y así cargan luego con los hijos, de la misma manera que lo hicieron con los hermanitos.
    Y siguen sin entender lo de las fotos.
    Miran a la cámara con resignación, no tan sonrientes como en la ilustración de Silvia.
    Lo sé porque he visto muchísimas imágenes de los viajes de Casiopea a la cual he preguntado, ¿porqué esos rostros?
    Porque sabían que así no cubrirían el día, fué la contestación.

    ResponderEliminar
  4. La ilustración de Silvia
    es de no echar en olvido.
    Aunque el drama no alivia
    esa explosión de colorido
    y la sonrisa del trio
    endulzan al menos lo acontecido.

    Lo triste será que de mayores acaben "tlaficando con almas"

    ResponderEliminar
  5. Tatip, una forma amena si se quiere, de tratar uno de los mayores oprobios como el trabajo infantil. Lo bueno del relato es que evidencia que al ver eso, fuiste más allá de la frívola y "pintoresca" foto que piden los turistas para engalanar el álbum de viajes.

    "era feliz" ... dicen que nadie extraña lo que no conoce.

    No sé como es en España la situación, acá algo se ha mejorado, ya no se ven tantos en los semáforos ofreciéndose para lavar los vidrios y vendiendo estampitas en los ómnibus. Recuerdo un trabajo periodístico en la tele, donde mostraban todo el fenómeno sociológico que hay por detrás. Muchas veces esos niños mantenían a sus adultos que lo tomaban como algo natural, pués ellos mismos habían mantenido a sus padres de pequeños. Recuerdo que llegar a la adolescencia era todo un problema porque ya no les daban moneditas tan fácilmente, entonces o se ponían en campaña de engendrar sus propios hijos para que hicieran la tarea o tomaban otros caminos ...

    Ch.

    ResponderEliminar
  6. Precioso homenaje para estos niños y uno de los mejores cuentos que has escrito. Besos.

    ResponderEliminar
  7. Es un cuento precioso, en el que Tati ha sabido entresacar un aspecto dulce del drama que viven estos niños sin infancia.

    ResponderEliminar
  8. Precioso escrito
    pero... ¿Que pasó con el latoso de Manuel?

    Un abrazo Tati

    ResponderEliminar
  9. Gracias, Marion. Ciertamente es así. De esta forma pasan su infancia estas niñas que son convertidas en mujeres a edad muy temprana. A mí me impresionaron, sobre todo, las niñas guatemaltecas que cargaban con los bebés a sus espaldas, como la protagonista del cuento.

    ResponderEliminar
  10. Chux, en España, por suerte, la inmensa mayoría de los niños está escolarizada, es más, pueden parar a un padre o una madre que esté en la calle con un niño en edad escolar un día entre semana. Tendrían que explicar porqué no se encuentra en el colegio.

    Manuel, ya sabes, los Manuelillos sois de lo más revoltoso y... ¿quién sabe dónde paró el del cuento?

    ResponderEliminar
  11. Éxitos en el concurso, Tatirín. Siempre supuse que la idea de que las fotos roban el alma era exclusiva de los gitanos. Hermosa ilustración. A ver si la imprimo y la coloco en cuadrito.
    Besitos, Silvia y Tatirín.

    ResponderEliminar

Y si tú quieres decir algo:

Seguidores