Me ha encantado el cuento. Tengo una muy mala experiencia, me encerraron con unos periquitos sueltos en una minúscula habitación. Un de color verde, el otro azul, serían Rita y Blas, jajaja. Besos.
TATI COMO CUENTO ESTÁ BIEN NO MS GUSTARÍA QUE LA PAJARRACA HUBIESE MATADO A LOS PRECIOSOS blues y blas de verdad un abrazo y perdona mi comentario pero es lo que sentí
Tatip, tu cuento me remite a un interrogante. No entiendo por qué las personas esperamos un comportamiento "humano" (hay cada humanos!!)-empatía, solidaridad, compañerismo, etc. etc.- en los bichitos. He visto en los documentales como el pichón más grande tira del nido al más chico para poder atrapar más comida, y todo ello con la anuencia de sus padres. No creo que se pueda hacer un juicio de valor al respecto. Ch.
¡Qué Blas Ba Ritad! Vaya tres. Esto es violencia de género en el reino animal pero esta vez al revés. Esta pajarilla se porta muy mal y piensa con los pies. Por error o por despiste sucumben los tres por dos granos de alpiste. Si, suena a oferta, pero es triste. VICTORESE
Isa, digamos que la historia es "bastante real". En esencia fue lo que pasó -la pájara se cargó a los dos machos- pero, como bien sabes, el/la autor/a siempre pone de su cosecha.
Chux, me ha encantado tu reflexión. Los humanos estamos empeñados en "humanizarlo" todo (y, en muchos casos, ya nos valdría empezar por nosotros) sin darnos cuenta de que las leyes de la naturaleza son muy diferentes.
Los Tres Tenores son canela "en Rama". Veo en ellos suegra y yernos en versión humana. ¡Qué bien le cuadra el verde a la lagarta! A su vera el ingenuo yerno sumiso, Mas avispado el otro se aparta y esquiva el compromiso. Victorese
Aquí os dejo otro relato de los que he empezado a llamar "cuentos para niños viejos".
ResponderEliminarEspero que lo disfrutéis.
Un besazo para cada uno
Que pena, pobrecitos
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento. Tengo una muy mala experiencia, me encerraron con unos periquitos sueltos en una minúscula habitación. Un de color verde, el otro azul, serían Rita y Blas, jajaja. Besos.
ResponderEliminarTATI COMO CUENTO ESTÁ BIEN
ResponderEliminarNO MS GUSTARÍA QUE LA PAJARRACA HUBIESE MATADO A LOS PRECIOSOS blues y blas de verdad
un abrazo y perdona mi comentario pero es lo que sentí
Lourdes, si el periquito azul y tú salísteis vivos de esa habitación, entonces el verde no era Rita, jejejeee.
ResponderEliminarYo pasé mucha pena leyendo el relato y no dejaba de pensar por qué no habían aislado a la pajarraca en otra jaula.
Bueno, esto es lo que hay, Raquelita.
ResponderEliminarMe faltó añadir aquello de "basada en hechos reales"...
Tatip, tu cuento me remite a un interrogante. No entiendo por qué las personas esperamos un comportamiento "humano" (hay cada humanos!!)-empatía, solidaridad, compañerismo, etc. etc.- en los bichitos. He visto en los documentales como el pichón más grande tira del nido al más chico para poder atrapar más comida, y todo ello con la anuencia de sus padres. No creo que se pueda hacer un juicio de valor al respecto.
ResponderEliminarCh.
que triste¡
ResponderEliminar¡Qué Blas Ba Ritad! Vaya tres.
ResponderEliminarEsto es violencia de género
en el reino animal
pero esta vez al revés.
Esta pajarilla se porta muy mal
y piensa con los pies.
Por error o por despiste
sucumben los tres
por dos granos de alpiste.
Si, suena a oferta, pero es triste.
VICTORESE
¿Sucedió de verdad o es otro de tus magníficos cuentos, Tatirín? Como sea, la historia me ha dejado con mucha pena. ¿Enterraron a Blues?
ResponderEliminarBesitos!
* Saludiños, Silvia!
Isa, digamos que la historia es "bastante real". En esencia fue lo que pasó -la pájara se cargó a los dos machos- pero, como bien sabes, el/la autor/a siempre pone de su cosecha.
ResponderEliminarChux, me ha encantado tu reflexión. Los humanos estamos empeñados en "humanizarlo" todo (y, en muchos casos, ya nos valdría empezar por nosotros) sin darnos cuenta de que las leyes de la naturaleza son muy diferentes.
Los Tres Tenores son canela "en Rama".
ResponderEliminarVeo en ellos suegra y yernos en versión humana.
¡Qué bien le cuadra el verde a la lagarta!
A su vera el ingenuo yerno sumiso,
Mas avispado el otro se aparta
y esquiva el compromiso.
Victorese