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lunes, 22 de octubre de 2012

Tiempo de pensamientos


La verja de la entrada estaba entreabierta. Dentro un conjunto de plantas, como si fuera un diminuto vivero, hacían corro alrededor de un pequeño patio.
Me asomé y me salieron al paso dos hombres que lejos habían dejado ya la edad de jubilación.
-  ¿Es esto un vivero? –pregunté.
-  No, pero se venden plantas. Desde hace muchos años que aquí se venden plantas. ¿No nos conocía usted?
Les explico que hace demasiado tiempo que no visito el distrito. Que tuve familia que vivía allí, en la calle Azcona, pero que ya no, que se habían mudado hacia la otra punta de Madrid.
-  No me diga que se fueron –interviene el más alto-. En este barrio no dejamos escapar a las mujeres guapas.
-  Cuando esto sucedió, yo ni tan siquiera era una mujer –contesto pasando de puntillas sobre el halago que agradezco con una sonrisa.
El del piropo se despide con una carcajada y me quedo con el que me servirá de guía en la visita.
-  Pues sí, cuarenta años hace que estamos aquí. Ya ve usted, casi una vida.
Sigo interesada su conversación al tiempo que mi vista se divierte entre las plantas.
-  ¿Cuáles tienen ahora flor? –digo deteniéndome ante las más luminosas.
-  Pues las de ahí: ciclámenes, clavelinas, alguna margarita…
-  Me gustan los pensamientos –mi cuerpo se inclina para observar su color de terciopelo.
-  Son interesantes… y duros…
-  ¿Aguantarán las heladas?
-  Cuanto más frío mejor.
-  ¿Y qué precio tienen?
-  Imposible de evaluar, los pensamientos no tienen precio –bromea. Y nos reímos de su ocurrencia-. Dos euros cada uno.
Un poco caros, pienso, pero no puedo darme la vuelta y desperdiciar el momento.
-  ¿Y usted dónde vive ahora? –me pregunta curioso.
-  Allá en el norte, en la salida de la ciudad.
-  Ah, ya conozco esa zona. Es buena zona, sí señor. Por ahí hay muchas casas de socialistas.
Lo miro perpleja pero guardo el silencio necesario para que continúe.
-  Es que yo le vendo a todo el mundo, ¿sabe?
Asiento.
-  Hay que llevarse bien con los unos y los otros, al fin y al cabo esto es un negocio. Nunca tuve problemas con nadie.
-  Inteligente postura –le adulo.
-  Cierto, no como hacen ahora, que andan todo el día con dimes y diretes –añade estirándose con orgullo y, saltando de un tema a otro añade: Yo siempre he vivido en el barrio del Retiro…
-  Ahí es donde vive mi madre…
-  La gente insiste en que me traslade aquí, pero yo prefiero aquello. Ya conozco a la comunidad y, como le digo, yo me llevo bien con todos.
Mi mirada sigue sin despegársele, intuyo que lo que ha de venir es tan invaluable como los pensamientos que vende.
-  Allí son todos directores, grandes ejecutivos, generales, el único pelángana soy yo… pero, ya le comento, no tengo problemas con nadie.
A estas alturas no dudo de su palabra.
-  Es que no le he contado pero, en mi comunidad vive la Infanta. ¡Menudas medidas de seguridad! Son una lata. Pero fíjese la confianza que nos tenemos los vecinos que en la comunidad de propietarios tuvimos que firmar yo que sé qué cosas y un general le dijo a la policía: “Por este firmo yo”. Así, como se lo estoy diciendo. Claro que yo también les correspondo… hasta el punto de que he firmado un papel donde les digo: “Todo lo que hagáis me parece bien, aunque lo hagáis mal”.
Vuelvo a reír ya totalmente conquistada y me pongo en cuclillas para observar aún más cerca las flores.
- No se crea –insiste-, yo también tuve un puesto de mucha responsabilidad en el antiguo gobierno –sospecho y acierto que se refiere al antiguo régimen-, pero lo dejé todo por mi pasión –toma con cuidado uno de los tiestos-. ¿No cree usted que hay que seguir lo que a uno el corazón le dicta?
Miro sus ojillos y asiento una vez más. No me parece oportuno contarle a este hombre que eso, exactamente eso, es lo que estoy haciendo desde hace ya unos minutos.
Concentrada en los bellos pensamientos le pregunto cuántos me he de llevar para la jardinera de mi balcón. Cuatro, me dice, y le creo. Escojo uno violeta con amarillo pálido, otro blanco con unas pinceladas de añil, el tercero azul intenso y el cuarto un amarillo oro para contrastar el conjunto. El hombre me sugiere que cambie ese último por otro con mejor aspecto.
Váyase usted tranquila, verá cómo crecen y relucen en su balcón.
No lo dudo y añado:
-  Volveré otro día y le contaré qué tal me fue con sus pensamientos.
Antes de darle la espalda, nos guiñamos un ojo con picardía.


Ilustración: Silvia Sanz
Texto: Esperanza Castro

34 comentarios:

  1. “Todo lo que hagáis me parece bien, aunque lo hagáis mal”
    Recordé a los castellanos medioevales
    "Obedézcase y no se cumpla"

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    1. Manuel, ya ves que los tiempos (de pensamientos o no) no han cambiado mucho...

      ¡Gracias!

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  2. Que bonitos los pensamientos, los tuyos y la flor

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    1. Gracias, Fabita. Nunca se sabe dónde se encontrará una historia. Esta surgió de la manera más casual... y florida.

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  3. Quiero el cuadro de pensamientos hecho por Silvia. 1 m X 1 m ¿si?

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    1. Yo creo que nuestra artista tendría que ir buscando local para su galería de arte particular...

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    2. ¿Y por qué no 2 x 2...? Ay Fabita...

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  4. me encantan los pensamientos .tu historia y el dibujo.Silvia para cuando tus cuadros?tuve un cuadro de rosas encima de mi cama 40 años .me gustaría ahora poner tus pensamientos .cariños a las dos artistas.

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    1. Gracias por tu comentario, Raquelita.
      Sí, yo también pienso que Silvia debería explotar sus ilustraciones. Se me ocurre que podría hacer pósters al gusto del cliente y venderlos en internet (hay muchas páginas para venderlos y tienen bastante éxito).

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    2. creo que posters sería desvalorizar las obras. Los dibujos de silvia son de acuarela.

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    3. Pues sí, Fabi, es una mala solución pero un consuelo para los que no podamos tener un Silvia Sanz original colgado en casa. :)

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    4. Fabiola, otras veces sí dibujo con acuarela, pero concretamente para estas flores utilicé una técnica ínédita... llámemosla "gachupe de pastel". Me gusta experimentar.

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  5. jajaja, silvia!, silvia!!! si todas sus ilustraciones son preciosas, esta realmente se merece mas tamaño y destacar en una habitación, una galeria....
    en cuanto al relato.....completamente de acuerdo contigo, los tiempos desgraciadamente no han cambiado mucho. menos mal q si hay gente q sigue lo q el corazon le dicta.
    besos

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    1. Gracias Carmen. Sí, todos deberíamos hacer lo que nuestro corazón nos dicta, el problema es que a veces se puede y muchas otras no. Pero intentarlo, hay que intentarlo siempre.

      ¿Quién se apunta a un póster de pensamientos? ¡¡¡Yo quiero uno!!!

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    2. yo me apunto ya!!!!
      y si, siempre intentando seguir al corazon, aunq cuesta eh!!!
      ah, yo tb tengo simbolos raros.

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  6. Muy bonito, Tati y Silvia. (Sí, sin duda, la artista tendría que buscar una galería...)

    Una cosa ¿técnica? Tati: en mi ordenador aparecen letras y signos raros... donde supongo que habrán guiones o no sé... aparecen antes de los diálogos. Ayer lo leí en el trabajo y pensé que era el ordenador del trabajo, pero en el mío aparecen más signos raros...!! no sé si será la configuración del blog o de tu word... (lo digo "en público" por si le pasa a alguien más...)

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    1. Le, debe ser el símbolo que utilizo en Word para el diálogo. Lo voy a cambiar por el clásico guión.

      Gracias y besotessss

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    2. A la menda también

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  7. Da gusto cuando te topas con alguien que hace su trabajo con ganas y con ilusión, como el hombre del relato. Te vendió unos pensamientos, pero además te llevaste de regalo otros cuantos.

    Muchas gracias a todos por vuestras alabanzas a mis pensamientos "gráficos". Cuando abra la galería, estaréis todos invitados al cóctel de inauguración... jejejejeee.

    Leti, a mí me han salido esos signos raros de los que hablas cuando he abierto el blog con el Internet Explorer, pero con el Google Chrome sale bien. Misterios insondables de la internaútica.

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    1. Sí, supongo que es problema de las fuentes.
      Ya he cambiado los signos de guión, espero que ahora no exista ese problema.

      Como siempre, gracias.

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  8. Precioso, sin más. Silvia ¿porque no haces caso a lo que te dicen? tus dibujos son preciosos y los debería disfrutar todo el mundo.

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  9. Por suerte no todo pensamiento
    ha de ser color verde pimiento:
    los hay positivos, color rosa
    y negativos, color marrón,
    (por no decir otra cosa)
    Rechacemos los segundos,
    y llevemos nuestra vista
    si os parece,
    a esa preciosa "lista"
    que Silvia nos ofrece.

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  10. EN DIF..EN DIF, EN DIF
    EN DIFerentes párrafos
    el inicio es ENDIF.
    Me he visto EN DIFicultades
    para arrancar...

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    1. Ay, supongo que lo que ves es un código fuente de algunos navegadores. Creí que lo había logrado quitar pero veo que no. Lo siento mucho.

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  11. Me gusta el cruce de pensamientos.
    Por un lado los tuyos, de los que nos haces complices. Por otro lado, los de él, que nos van guiando en otra dirección, hacia otro lugar, hacia otro tiempo.
    ¡Que bonito relato!
    ¿Cómo eres capaz de hacer las cosas tan sencillas, que a mi se me antojan complicadas?
    No dejes de escirbir nunca.
    Juan cho

    PD: sacia mi curiosidad, ¿por que hay muchas casas de socialistas?, ¿por que lo menciona el hombre?

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    1. Presumo que, el vende plantas, no debe considerar apropiado que un socialista viva en la parte norte de Madrid. ¿Mejor un puente en Vallecas...?

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    2. ¡Qué sé yo, Juancho!
      la verdad es que esa frase me dejó boquiabierta y ahí fue cuando me dije: "Párate que esto promete"... Probablemente yo no tengo pinta de socialista, jaaaaa, y por eso me hizo la observación.

      Está claro que el hombre tenía "sus ideas preconcebidas" y... pues eso...

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  12. Buenas,

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    Saludos

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  13. Disfruté con tu relato y le di un festín a la vista con los pensamientos de Silvia.

    Muy astuto el señor que vende plantas. Con esa mentalidad las seguirá vendiendo, a todo bicho viviente, hasta el día en que muera.

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    1. ¡Efectivamente, Max, así será seguro!

      Me gusta tener este tipo de encuentros. El personaje era verdaderamente UN PERSONAJE.

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  14. ¡¡Redondo como el corro de plantas Tatip!!. Muy bueno.
    Imagínate que pusiéramos precio a los pensamientos de cada cual. ¿les pondríamos también colores?
    Silvia, qué alegría para la vista y para el ánimo.

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    1. Pues sería francamente difícil colorearlos, ¿no crees? Pienso que no habría en la paleta tantos matices como para acertar.

      Un besote y gracias

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  15. Deslumbrada por la ilustración de Silvia, tardé en abordar el texto, jejeje!
    Es que resaltan muchisimo en la página y los matices encandilan.

    Un relato tierno y sugerente- Dos puntos que te definen.
    Tu impronta es la ternura y a la vez deslizas mensajitos para inducir a la reflexión.

    El encuentro con el vendedor tuvo caracteristicas especiales a las que le sacaste el máximo jugo.

    Tambien quede con la interrogante sobre "la zona norte" en la que habría muchas casas de socialistas, pero como no conozco Madrid, no me asombró demasiado, y en el supuesto de que los demás sabrían, esperé comentarios. Ahora veo que la sorpresa se generaliza.

    Habría que volver por más flores y dejar que el vendedor siga exponiendo pensamientos.


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    1. Gracias Marioncheta por tus comentarios, los valoro muchísimo, de verdad. El tema de las casas de los socialistas es un tanto largo de contar y está relacionado con el pensamiento y los juicios basados en las apariencias. Ya te contaré más despacito...

      Besotessss

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